sábado, 17 de septiembre de 2016

La mentira crónica

El relativismo moral hace mentirosos. Porque no son edificantes todas sus "alternativas".

Mentimos a nuestros padres, ya de adolescentes para ir a acostarnos con alguien. Para drogarnos, y para sinfines de cosas.

El posmodernismo, el relativismo moral, la flojera de costumbres nos hace pronto malas personas. Y claro, la verguenza sigue estando adentro.

Nos las pusieron padres, abuelos, y en definitiva nosotros mismos para poder ser felices. Para poder ser personas íntegras, coherentes; reales. Consciencia se llama.

Verguenza, buenas costumbres; consciencia... asco inclusive, por las cosas que no nos convienen. Por eso la mentira se hace crónica...

Empezamos "negociando" nuestros valores de adolescentes; esos carísimos valores dados por toda nuestra familia. Negociados, como si fueran nada.

Y así pasan los años, perdiéndonos gravemente. Pronto no distinguimos la verdad, lo bueno. Lo genuino, real. Nos da "todo lo mismo".

Sin embargo, estamos patológicamente mintiendo y estando "a media vida". No podemos mostrar nuestra deshonra, entonces la ocultamos y así vivimos a medias constantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.