sábado, 23 de julio de 2016

La agresividad estructural

Hay entre las personas afectadas por el relativismo moral, muchas que debido al trajín cotidiano son agresivas. En lugar de mejorar, aprender, ir cultivando resiliencia se hacen más y más agresivas.

Pronto terminan culpando a todo el mundo. Todos "sufren", trabajan, se esfuerzan y padecen todo menos que ellas. Y no lo llevan con ninguna paz...

Basadas en esa falsa premisa, que seguramente será también alguna verdad interna de envejecimiento cognitivo precoz, atacan y son agresivas.

Justifican el estar siempre enojadas, el despreciar a los demás. ¿Todos conocemos personas así, no es cierto?... es por la modernidad.

Por las hiper-exigencias e hiper-estimulaciones que vivimos. Y por el desgaste cognitivo que implica. El desgaste cerebral, ¿se entiende?.

Ya hay personas "quemadas" por ser liberales. (Ver el capítulo anterior.) Pero quemadas por exigencia cerebral aún más. Es que se vive mal.

"Calidad de vida" llamamos en realidad a vivir trabajando, con muchas presiones. Y el relativismo moral no ayuda, claro. Lo justificamos todo.

Pisar a los demás, no respetarnos, etcétera. Usar a otros. ¿Cómo no usar, si nosotros mismos nos evaluamos según un inmediato utilitarismo!

Amigos para... fútbol, salir; parejas para... lucirnos, avanzar socialmente. Todo eso genera desdicha, inmoralidad, y por ese camino agresividad también.

El camino de la desdicha-agresiva. Viene prendado de inmoralidad. Empieza con el relativismo moral. Cuando dejamos valores. Valores de buena educación.

De respeto, entendimiento; tolerancia. De que nada justifica el atropello, sin importar cuán difícil sea nuestro día. Que nada justifica despreciar, ser agresivos, atrevidos... (Jamás.)

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