sábado, 17 de septiembre de 2016

La mentira crónica

El relativismo moral hace mentirosos. Porque no son edificantes todas sus "alternativas".

Mentimos a nuestros padres, ya de adolescentes para ir a acostarnos con alguien. Para drogarnos, y para sinfines de cosas.

El posmodernismo, el relativismo moral, la flojera de costumbres nos hace pronto malas personas. Y claro, la verguenza sigue estando adentro.

Nos las pusieron padres, abuelos, y en definitiva nosotros mismos para poder ser felices. Para poder ser personas íntegras, coherentes; reales. Consciencia se llama.

Verguenza, buenas costumbres; consciencia... asco inclusive, por las cosas que no nos convienen. Por eso la mentira se hace crónica...

Empezamos "negociando" nuestros valores de adolescentes; esos carísimos valores dados por toda nuestra familia. Negociados, como si fueran nada.

Y así pasan los años, perdiéndonos gravemente. Pronto no distinguimos la verdad, lo bueno. Lo genuino, real. Nos da "todo lo mismo".

Sin embargo, estamos patológicamente mintiendo y estando "a media vida". No podemos mostrar nuestra deshonra, entonces la ocultamos y así vivimos a medias constantemente.

sábado, 23 de julio de 2016

La agresividad estructural

Hay entre las personas afectadas por el relativismo moral, muchas que debido al trajín cotidiano son agresivas. En lugar de mejorar, aprender, ir cultivando resiliencia se hacen más y más agresivas.

Pronto terminan culpando a todo el mundo. Todos "sufren", trabajan, se esfuerzan y padecen todo menos que ellas. Y no lo llevan con ninguna paz...

Basadas en esa falsa premisa, que seguramente será también alguna verdad interna de envejecimiento cognitivo precoz, atacan y son agresivas.

Justifican el estar siempre enojadas, el despreciar a los demás. ¿Todos conocemos personas así, no es cierto?... es por la modernidad.

Por las hiper-exigencias e hiper-estimulaciones que vivimos. Y por el desgaste cognitivo que implica. El desgaste cerebral, ¿se entiende?.

Ya hay personas "quemadas" por ser liberales. (Ver el capítulo anterior.) Pero quemadas por exigencia cerebral aún más. Es que se vive mal.

"Calidad de vida" llamamos en realidad a vivir trabajando, con muchas presiones. Y el relativismo moral no ayuda, claro. Lo justificamos todo.

Pisar a los demás, no respetarnos, etcétera. Usar a otros. ¿Cómo no usar, si nosotros mismos nos evaluamos según un inmediato utilitarismo!

Amigos para... fútbol, salir; parejas para... lucirnos, avanzar socialmente. Todo eso genera desdicha, inmoralidad, y por ese camino agresividad también.

El camino de la desdicha-agresiva. Viene prendado de inmoralidad. Empieza con el relativismo moral. Cuando dejamos valores. Valores de buena educación.

De respeto, entendimiento; tolerancia. De que nada justifica el atropello, sin importar cuán difícil sea nuestro día. Que nada justifica despreciar, ser agresivos, atrevidos... (Jamás.)

sábado, 9 de julio de 2016

La sensibilidad paranoide

Hay entre las personas afectadas por el relativismo moral, ciertas que en su momento fueron liberales pero quizás con una sensibilidad que no les convino. Personas que comulgaron con el relativismo moral pero debido a su dulzura quizás nunca debieron hacerlo.

De grandes, ya treintañeras y ni hablar si de cuarenta, quedaron como "heridas". Andan por la vida con una especie de vergüenza y a la vez aguerridas antes de poder admitirla realmente. Estas son las primeras en sentir internamente que el relativismo moral fue un error.

Personas cuya sensibilidad hubiera sido mejor clásica, de espiritualidad tradicional en vez de las nuevas filosofías. Personas que cayeron en excesos, promiscuidad, etcétera. Y, vuelvo a repetir, lo suficientemente sensibles como para ser las primeras en avergonzarse de todo.

De mano del "reiki" quizás, de la "experimentación" del yoga, la "energía psicotrónica" y demás cayeron en excesos de los cuáles se arrepienten. En cosas todo menos espirituales. Hoy sí son tradicionales, pero vergonzosas y paranoides. Primeras como afectadas del relativismo moral.

Personas que comulgaron con el relativismo moral pero debido a su -dulzura-
quizás nunca debieron hacerlo. Estas son las primeras en sentir
internamente que el relativismo moral fue un error.